Chef de Cuisine at Drivers & Business Club München
LMM: Háblanos sobre tu carrera profesional, ¿qué te inspiró para convertirte en chef?
AS: Desde niño me encantaba asomarme a las ollas de mis abuelos y a menudo me sentía más cómodo colaborando en la cocina que esperando en la mesa del comedor. En mi juventud, me gustaba atender a mis amigos en veladas sociales y fiestas. Al final, fueron mis notas escolares y la vivacidad de mi juventud las que me llevaron a empezar un aprendizaje en un hotel de lujo en Potsdam como aprendiz, y me enganché al ambiente, la gente y la cocina. Es algo muy especial cuando un hombre y su equipo crean sueños culinarios desde cero y bajo una gran presión.
Después de mi aprendizaje, pasé unos años viajando por las cocinas de Alemania como freelance para ampliar mis horizontes y definirme como chef, ya que hay distintos tipos y cada uno tiene su propio estilo.
El camino me llevó luego a Múnich, donde primero colaboré con el chef Alfons Schuhbeck por cinco años y después en Feinkost Käfer durante otros 10 años. Finalmente, me incorporé al Drivers & Business Club de esta ciudad como jefe de cocina.
LMM: ¿Tienes algún platillo o creación original favorita? Cuéntanos.
En cuanto a la comida estoy abierto a casi todo lo que sea comestible. Sin embargo, si pudiera elegir una última comida, sería pasta con ragú de caza tal y como se come en el norte de Italia, y de postre un Kaiserschmarren, sin pasas sultanas ni almendras, pero con mucha compota de manzana.
Nunca olvidaré la ensalada de patatas de mi abuela, que era el plato fuerte de cada Navidad, y me recuerda que la cocina es también un acto de amor y sentimiento. Mi madre me ayudó en la elaboración de este plato durante décadas y tenemos la receta original, y, sin embargo, nuestro sabor es distinto.
LMM: La gastronomía mexicana es considerada patrimonio cultural de la UNESCO. ¿Qué sabes sobre la cocina mexicana?, ¿hay algún platillo tradicional mexicano que quisieras probar?
AS: En Alemania, la cocina mexicana es una gran desconocida, o se reduce a tacos, burritos o chile con carne. No soy ningún experto, pero estoy consciente de que hay mucho más por descubrir. Sólo el hecho de que un mole es un plato interminable y cada vez más sabroso que sólo desarrolla su verdadero poder después de meses o incluso años, me parece fascinante.
Sé que hay mucho más por descubrir. Tan sólo la diversidad culinaria que se encuentra en las esquinas y en las cocinas más sencillas es inspiración suficiente para crear un menú extraordinario.
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