Parras de la Fuente Coahuila

La historia de una tradición vinícola de 430 años

México es el país productor de vino con mayor antigüedad en América. Para 1521, los españoles ya habían sembrado viñas y comenzado a producir vino. La extensión de los viñedos en el territorio de la Nueva España abarcó desde lo más cercano a la costa del Golfo de México y la Ciudad de México, hasta estados del norte como Coahuila. En 1568, un grupo de inmigrantes españoles partió de Zacatecas hacia el norte en búsqueda de oro y metales preciosos. En lugar de oro encontraron un oasis en medio del desierto, rodeado de manantiales, arroyos y vides silvestres, el Valle de Parras en Coahuila. En 1594 los jesuitas Jerónimo Ramírez y Francisco de Arista fundan la misión de Santa María de las Parras, hoy Hacienda San Lorenzo, donde plantaron un viñedo, y que se convertiría en la primera bodega comercial de México y el continente, con una producción ininterrumpida desde el siglo XVI.

Para 1595 la Nueva España era casi autosuficiente en producción de vino, creando presiones comerciales en la Península Ibérica que propiciarían un periodo de prohibición que se extendió por casi 100 años. Durante este tiempo se arrancaron y destruyeron viñedos, sin embargo, gracias a una merced otorgada por el rey Felipe II de España a Don Lorenzo García con el expreso permiso de producir vino y brandy en Parras, Coahuila se convirtió en la cuna del vino de América. Se le concede también una excepción al a iglesia con fines religiosos, recayendo en las misiones el cuidado de la tradición vinícola y su posterior divulgación.

En Parras y alrededores hoy se cultivan uvas como Shiraz, Merlot, Malbec, Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon. Vinos corpulentos, expresivos y estructurados, muchos de ellos reconocidos y galardonados en concursos internacionales, poniendo a México como productor vinícola en ascenso. En Parras, valle de clima semidesértico con noches frías y días calurosos, la vid encuentra el balance ideal para madurar las uvas. Su terruño en las faldas de la Sierra Madre Oriental y una altitud mayor a 1,500 msnm, permiten producir variedades blancas como la Chardonnay, Chenin Blanc y Semillón. Encontramos producción de vinos dulces en bodegas de Parras y Cuatro Ciénagas, casi todos provenientes de uvas traías por inmigrantes de países del sur y occidente de Europa, como Italia, España, Grecia y Alemania, arribados a la zona en los siglos XIX y XX y trayendo consigo la tradición de los vinos generosos. Cada año, el pueblo de Parras lleva a cabo sus fiestas de la vendimia, un homenaje a la preservación de la cultura del vino con la danza de los matachines o matlachines, un espectáculo rodeado de color y sonido que celebra las raíces indígenas tlaxcaltecas de México en agradecimiento a la cosecha de la uva y en honor a San Lorenzo, santo patrono de Santa María de las Parras, y al Valle por entregar un año más uvas que darán vinos orgullosamente coahuilenses.

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