Historia, Tradición y Sabores Inigualables
Querétaro se ha convertido en un referente para los amantes del vino y el queso gracias a sus extraordinarios viñedos, queserías y una cultura enológica en constante desarrollo. Acompáñanos a explorar los elementos que hacen de la ruta del vino y el queso un destino imprescindible.
El clima semiseco de Querétaro, con días soleados y noches frescas, crea un terruño privilegiado con condiciones óptimas para el cultivo de la vid. Las variedades de uva más comunes en la región incluyen Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo y Sauvignon Blanc, aunque también se producen espumosos destacados bajo el método tradicional. El suelo calcáreo aporta una mineralidad especial a los vinos, dotándolos de una personalidad única.

Por su parte, las queserías artesanales en Querétaro destacan por la calidad de sus productos. Elaborados con leche de vaca, cabra y oveja, los quesos de esta región ofrecen una amplia gama de sabores y texturas, desde los frescos y suaves hasta los maduros y complejos.
La ruta cuenta con más de 30 viñedos y 10 queserías que se pueden visitar. Entre los viñedos más destacados están Freixenet, reconocido por sus espumosos; Viñedos Azteca, con un enfoque en la sustentabilidad; y La Redonda, famosa por sus festivales temáticos. Estas bodegas ofrecen recorridos guiados donde los visitantes pueden conocer el proceso de elaboración del vino, desde la cosecha hasta el embotellado, además de disfrutar de catas dirigidas por expertos.
En cuanto a las queserías, sitios como Quesos VAI y Rancho Santa Marina son paradas obligatorias. En ellas, los visitantes pueden aprender sobre las técnicas de producción, participar en talleres y, por supuesto, degustar una selección de quesos que maridan perfectamente con los vinos de la región.
La Ruta del Vino y el Queso no solo se trata de bebidas y alimentos. En el recorrido también se pueden disfrutar actividades culturales y recreativas. Por ejemplo, el Pueblo Mágico de Tequisquiapan, conocido por su encanto colonial, es un punto central de la ruta. Sus calles empedradas, plazas tranquilas y mercados artesanales ofrecen un respiro entre visitas a viñedos y queserías.

Además, muchos viñedos organizan eventos especiales como vendimias, conciertos al aire libre y picnics entre viñedos. Estas actividades permiten a los visitantes conectar con la naturaleza y la cultura local de manera única.
La Ruta del Vino y el Queso impulsa el desarrollo económico de la región, generando empleo y atrayendo a miles de turistas cada año. Además, muchos productores están apostando por prácticas sostenibles, como el uso de energías renovables y la reducción de desperdicios para garantizar que esta actividad sea viable a largo plazo.
Recorrer la Ruta del Vino y el Queso es una experiencia sensorial y cultural que celebra la riqueza del Bajío. Cada copa de vino y cada bocado de queso cuentan una historia de tradición, esfuerzo y pasión. Ya sea que busques aprender sobre enología, deleitar tu paladar o simplemente disfrutar de paisajes hermosos, esta ruta tiene algo para todos. Sin duda, es un viaje que deja huella.