El pádel se ha convertido en uno de los deportes de mayor crecimiento global en la última década gracias a una mezcla vibrante de estrategia, dinamismo y accesibilidad, gracias a los cuales este gran deporte es una pasión compartida por millones de personas alrededor del mundo.
Aunque hoy se juega en más de 90 países, el pádel tiene raíces profundamente ligadas a México. Su historia comienza en 1969, en el puerto de Acapulco, cuando el empresario Enrique Corcuera adaptó una cancha de tenis en su casa, rodeándola con paredes para evitar que la pelota se saliera. Aquella solución práctica derivó en un nuevo deporte que pronto captó la atención de sus invitados, entre ellos españoles y argentinos, quienes llevaron la idea a sus países.

Desde entonces, el deporte fue evolucionando y profesionalizándose. España lo adoptó con fuerza en los años 80, convirtiéndose en uno de los principales centros de desarrollo del pádel, mientras que Argentina forjó generaciones de jugadores destacados. No obstante, el germen del deporte nació en tierras mexicanas.
Una expansión meteórica
Hoy, el pádel vive una auténtica revolución. El World Padel Tour, circuito profesional de élite, ha llevado la emoción del deporte a varios continentes, y nuevos torneos como Premier Padel, impulsado por la Federación Internacional de Pádel, reafirman su proyección global.
México ha mantenido su protagonismo en esta expansión. Ciudades como Monterrey, Guadalajara, Cancún y la Ciudad de México albergan cada vez más canchas y clubes especializados. Incluso resorts de lujo han integrado este deporte como parte de sus amenidades, consolidando al pádel como una actividad premium y de bienestar. Además, eventos internacionales en suelo mexicano atraen a los mejores jugadores del mundo, impulsando el turismo deportivo y proyectando al país como un actor clave en la escena global.

Un deporte accesible, social y competitivo
Parte del atractivo del pádel radica en su accesibilidad: no requiere una condición física extraordinaria para comenzar, las reglas son fáciles de aprender y se juega en parejas, lo que lo convierte en una actividad social por excelencia. A esto se suma el componente técnico y táctico que lo vuelve adictivo para quienes buscan mejorar constantemente.
El deporte también ha ganado terreno como alternativa saludable para públicos de todas las edades, lo que ha llevado a escuelas, universidades y centros deportivos a incluirlo en sus programas. En México, esto ha incentivado una nueva generación de talentos jóvenes que comienzan a despuntar en el ámbito internacional.

México, protagonista del presente y futuro del pádel
Aunque el pádel ha crecido exponencialmente en Europa y Sudamérica, México conserva un lugar privilegiado en su historia y su futuro. Desde el legado pionero de Enrique Corcuera hasta los ambiciosos proyectos de infraestructura deportiva actuales, el país no solo fue cuna de este deporte: también se ha convertido en un referente de su renacimiento. Con una comunidad cada vez más entusiasta, inversiones estratégicas y el respaldo de figuras nacionales e internacionales, México consolida su papel de liderazgo en este deporte. Más que una tendencia, el padel representa una oportunidad para conectar tradición, salud, competencia y estilo de vida.



